Atado, con el agujero lubricado y listo para salir, con pieles y una boca lista para servir ... Cuando llegan sus dos amos, el esclavo está feliz de ayudarlos a disparar su carga de leche caliente y pegajosa. Lo han entrenado bien: da buenas mamadas, no le importan los os y los insultos, se lo follan y se hacen puñetazos cuando sea y donde sea ... ¡Sin preguntas, lo toma y se calla! MATTHIEU PARÍS, DAVID CASTAN Y NICOLAS TORRI